Amparados en la oscuridad, el artista y su equipo se adentran en la noche de los bosques más recónditos en busca de localizaciones propicias para ser transformadas, por medio de la proyección de imágenes, en lienzos donde plasmar la inquietud del fotógrafo. 

Antes de esta sesión nocturna, existieron muchas otras con distintos escenarios como objetivo. Fueron islotes, castros y otros elementos marítimos los lienzos que Zubiaga ha utilizado. Obras que ya han sido expuestas. Lo de ahora es el desarrollo de aquellas experiencias. 

El concepto de lo binario, el motivo proyectado sobre estos escenarios de Naturaleza, es algo en lo que el fotógrafo lleva centrado los dos últimos años.
Lo digital, algo en que nuestra sociedad vive inmersa y que contrasta con una realidad paralela, dos mundos aparentemente irreconciliables y que coexisten en el espacio/tiempo, se encuentran aquí de la manera más estética y cargada de significado.

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Ha sido una noche intensa, llena de inspiración y muy fecunda; donde no hay sitio para el cansancio
y sí para la exploración y la sorpresa.

El proceso no termina aquí si no que continúa en el estudio donde aún no sabemos si todo el material capturado es válido. Lo que siempre perdurará es la experiencia y conocimiento adquirido.

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